viernes, 6 de enero de 2023

ENIGMAS DE LA ÚBEDA ANTIGUA. ENIGMA 12

 




JUEGO "LOS CUADROS HABLAN"/ EXPOSICIÓN EL MUSEO DEL PRADO EN ÚBEDA

 

Juego “LOS CUADROS HABLAN”

Exposición El Museo del Prado en Úbeda.

                              Por Manuel García Villacañas                              

                                                                           


                                                                                                      Dedicado a María Nogales García

 

Te propongo un gran RETO, en el que tienes que encontrar 6 cuadros. Para ayudarte a descubrirlos deberás escuchar lo que te dicen los personajes que están pintados. (Escribe en la línea de puntos el título de cada uno y el nombre del pintor que los hizo)

 

CUADRO 1

- ¡QUÉ GUAY!!

 

- PUES YO EN LA ÚLTIMA OLA, CASI ME AHOGO.

 

- ….Y YO HE “TRAGAO”ARENA

 

 

Título: ____________________________________________________________

Pintor:_____________________________________________________________

 

 

CUADRO 2

- PINTOR, ALIGERA Y TERMINA YA DE UNA VEZ, ..QUE LA MANO SE ME DUERME.

¡ Y QUÉ MANÍA CON TENER ESTOS DOS DEDOS PEGADOS!

 

ADEMÁS, ESTE TRAJE NEGRO DA UN CALOR QUE TE MUERES.

Y YA, PARA COLMO,  LA ESPADA, QUE PESA CADA VEZ MÁS.

 

…. NO PUEDO MÁS!!

 

 

Título: ____________________________________________________________

Pintor:_____________________________________________________________

 

 

 

 

 

CUADRO 3

- ¡VAYA!, QUE BIEN PUESTAS Y APRETADAS TIENES LAS BOTAS, AMIGO.

LA PRÓXIMA VEZ VIENES EN ZAPATILLAS DE DEPORTE… O APRENDES A QUITÁRTELAS TÚ SOLITO.

 

 

Título: ____________________________________________________________

Pintor:_____________________________________________________________

 

 

CUADRO 4

- ALTEZA LE TRAIGO ESTE JARRITO ROJO CON AGUA.

 

-MUCHAS GRACIAS, MARÍA, ….PERO NO TENGO SED.

ME ENCANTA COMO VA EL CUADRO. ESTOY DESEANDO VERLO TERMINADO. ¿TE GUSTA?

 

-… PRECIOSO!

OYE, NICOLASITO ¡DEJA YA AL PERRO TRANQUILO!

NO VAYA A SER QUE TE LLEVES OTRO MORDISCO COMO EL DEL OTRO DÍA.

 

Título: ____________________________________________________________

Pintor:_____________________________________________________________

 

 

CUADRO 5

- ¡UFF!, YA NO PUEDO SUJETAR MÁS AL PERRO.

 

..Y MADRE, NO PARES DE ABANICARLO, QUE NO SE DESPIERTE.

 

SI NO CONOCES LA HISTORIA DE MI CUADRO, NO TE PREOCUPES; SÓLO TIENES QUE BUSCAR EL NARANJA MÁS BONITO DE TODA LA EXPOSICIÓN.

 

Título: ____________________________________________________________

Pintor:_____________________________________________________________

 

 

CUADRO 6

- OYE,  MAJO, NO TE MUEVAS QUE ME DA EL SOL EN LA CABEZA Y ME SIENTA MUY MAL.

… ¡Y SONRÍE!, QUE AQUÍ HAY MUCHA GENTE Y NO PARAN DE MIRARNOS

 

Título: ____________________________________________________________

Pintor:_____________________________________________________________

domingo, 18 de diciembre de 2022

ENIGMAS Y ACERTIJOS. Exposición "El Museo del Prado en Úbeda"

 

ENIGMAS Y ACERTIJOS EN “EL MUSEO DEL PRADO EN ÚBEDA”

Por  Manuel García Villacañas  (enigmas 1,2,3,4,6 y 7 ) y Cati García Villacañas (enigma 5) 


   ENIGMA 1    

 

SOY LA NOVIA DEL PINTOR

DIME TÚ ¿QUIÉN ME PINTÓ?

FESTÍN Y BORRACHOS MIL

Y HASTA UN NIÑO HACIENDO PIS.

TAMBIÉN EN MI CUADRO UN RÍO;

VA SIN AGUA, SOLO VINO


Pista: mi amado firmó el cuadro en mi pecho.


(Decir el nombre del pintor y buscar en él a la amada del pintor)

 



ENIGMA 2


ME CORTARON LA CABEZA CON UNA ESPADA

 Y ME PINTARON CON ELLA EN LA MANO.


MI CORONA DE PRINCESA, 

MI LIBRO Y MI PALMA

 SOBRE EL MURO SE QUEDARON.


DIME CÓMO ME LLAMO, 

VESTIDA DE LUJO ME HALLO.



(Decir el nombre del personaje que habla y el pintor autor del cuadro)


 

ENIGMA 3


DIME QUIÉN SOY Y EN QUÉ CUADRO ESTOY.

EN UNA DE SUS ESQUINAS

MI AMIGA CANTA A SU AMADO.

SU AMADO TOCA EL LAÚD;

YO AL VIOLÍN LES ACOMPAÑO.

COMO PISTA TE DIRÉ 

QUE EN MI CUADRO TODOS HUYEN

…..POR CIERTO, ….¡NO SE PORQUÉ!


(Decir quién habla, el título del cuadro y el pintor autor del cuadro)



ENIGMA 4


ESTOY ECHANDO AGUA AL VINO

PARA QUE QUIEN MUCHO BEBA

EVITE GRAN DESATINO,

Y MANTENGA EN SU CABEZA

TEMPLANZA Y MUCHA FIRMEZA.

LA VERDAD, QUE NO ANDO SOLA.

ME ACOMPAÑAN EN EL CUADRO

6 AMIGAS DE GRAN HONRA

TODO EL ORO QUE AQUÍ VES

ES PINTADO, NO ES 3D.

Y EL BUEN HOMBRE QUE PRESIDE

TIENE EN SU NOMBRE EL DESCANSO

NO TE CANSO,.. Y ANDA, DIME

¿EN QUÉ CUADRO ME  PINTARON?


(Decir el título del cuadro, encontrar la figura que habla y nombrar el pintor autor de la obra)



 

ENIGMA 5


ME LLAMAN LA PEREGRINA

¿SERÁ PORQUE HE VIAJADO POR TODO EL MUNDO

 Y HE PASADO DE MANO EN MANO?

TENGO LA FORMA DE UNA LÁGRIMA

Y CUELGO NADA MENOS

QUE DEL CUELLO DE UNA REINA.

DIME QUÉ SOY 

Y QUIÉN ME LUCE EN SU PECHO.


 

(Buscar e identificar el objeto, decir quién lo lleva y el pintor autor del cuadro)

 

 

 

 

ENIGMA 6


CANSADA YO ME POSÉ 

Y BAJO EL ARCO DESCANSÉ.

¡CUÁNTAS FLORES, CUÁNTAS PLANTAS!

AQUÍ HAY DOS QUE LOS EXPULSAN

…¡Y ALAS DE ORO QUE RELUMBRAN!

MIS COLORES, BLANCO Y NEGRO.

QUIEN ME PINTÓ LOS COPIÓ

DE SU TRAJE DE ORACIÓN.

UN TAL FRAY..., QUE NO ADIVINO.

¡AYÚDAME A DESCUBRIRLO!

Y DIME AL FIN QUIÉN SOY YO.


 

(Decir quién habla en el enigma y encontrarla en el cuadro. Decir el pintor autor del cuadro)


 

ENIGMA 7


- ALTEZA ¿TIENE USTED SED?

 

-NO, NADA MÁS POR AHORA.

ME ENCANTA COMO VA EL CUADRO. 

LO ACABARÁ SIN DEMORA.

 

-NICOLÁS ¡DEJA YA AL PERRO!

QUE AHORA DESCANSA TRANQUILO.

QUE DESPIERTO NO SE CANSA 

DE ATRONAR CON SU LADRIDO.

 

 

(Decir en qué famoso cuadro podría escucharse esta conversación. Decir el pintor)






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domingo, 27 de febrero de 2011

ENIGMAS DE LA ÚBEDA ANTIGUA

Pensando y pensando... y paseando.. y, sobre todo, mirando por las piedras de Úbeda se me ocurrió  inventar historias ocultas, buscando entre las miles de imágenes maravillosas escondidas entre palacios, callejuelas y viejas iglesias.
 Si te atreves a buscar...


ENIGMA 1: Los tres Hércules.

      Localizar en un edificio religioso tres escenas con la figura de Hércules, en dos de ellas luchando. Decir qué otros personajes aparecen en ellas.



ENIGMA 2: Las 36 conchas 

      No hay arena ni olas, aunque sí, veintiocho conchas boca abajo y ocho hacia arriba, bordadas en un estandarte de piedra.

      Decir el nombre del edificio cuya fachada  se describe.

ENIGMA 3: El Calvario de Jesús.

                 La mirada de una Virgen medieval roza una extraña boda entre Jesús Gil y la Orden  Dominica. Si avanzas en tu camino encuentras la calle del santo que vio las rosas de la infinita oración. Antes de llegar a la puerta cuyos números suman veintiséis, levanta la vista hacia el sur y verás el Calvario de Jesús.



      Decir dónde se encuentra esta imagen (no se trata de un relieve en piedra) y decir el significado de todas las frases del texto. 


ENIGMA 4: ¿Quién soy yo?

      Cuando salgo de  donde vivo,
saludo a mi quieto amigo.
Él, en su arte ensimismado,
ni me mira, ni hace halago.
Aunque a vosotros sí os veo,
transformados por un año de tragedias y alegrías.
¿Qué se oye?...   ¿Un tintineo?
Entre rocas, me saludan las que velan*.
Junto a ellas: niños, cruces, calaveras
y entre medias, quizás la corona que dijeran
de algún Virrey de otras tierras.
Decidme quién soy yo y quien es mi amigo.
Y decid de igual manera,
dónde se halla la corona
que unida esta a una piedra.

      Hay que responder a las preguntas finales del enigma y decir qué signifivan todas las frases que ayudan a deducir la solución. ( *las que velan, ya hoy no están en Úbeda).
      La corona que se busca es ésta:








ENIGMA 5: La muerte espera.

 
Mírome en espejo que tiembla ante mí,
Y tiemblan las manos de los que huelgan aquí.
A la derecha, la madre de flor pura
Y a la izquierda, quien nos salva y cura.
Así puesto y frente a mí, la vía que vi,
Que entre fe y ley avanza, y por ella al cabo alcanza
La vista a la muerte ver,
Si contamos tantos pasos como aquí puedas leer:
Ciento más treinta, entre espejo y muerte cuenta.
     

Localizar la imagen de la muerte, representada en esqueleto de cuerpo entero y llevando una gran guadaña. En torno a ella se pueden apreciar varias inscripciones ilegibles. Hay que fijarse bien , pues la figura está muy desgastada. Podría designar un lugar de enterramiento o un símbolo de lo efímero de la vida, relacionado con el carácter del edificio al que pertenece. Un fragmento de la figura que encontrarás es éste:





Enigma 6: El fuego eterno

Hay dos  llamas que no queman .
Son antorchas que no cesan.
Es arder que no calienta, ni aún el viento las ahuyenta.
Del puzle nos faltan piezas, solitarias allá quedan .
Del artista procedieron y en un lienzo las pusieron.
Mas , no en lino , sino piedra, de la casa de un señor,
poderoso y servidor del mismo Rey español.
Búscalas  y no te pierdas , que es la tabla esta fachada,
con sus filas y columnas, si te ayudo, ya no dudas.
Columnas tercera y quinta, segunda fila es la guinda
de este enigma singular, de piedra fuego y pintar.


            Localizar las imágenes de dos llamas ardientes en un edificio ubetense. No son talladas en piedra.   




ENIGMA 7: Los cinco hermanos

Catalina vivía en Úbeda junto al convento de la Merced. Era madre de cinco hijos y viuda desde poco después de nacer el menor de ellos. Mujer muy religiosa, no perdía la ocasión de escaparse a rezar a la Virgen de la Soledad, que pillaba a dos pasos de su humilde casa e, igualmente, había inculcado a sus niños  esta costumbre.
 Al morir su marido, aplastado por una gran piedra en las interminables obras de la nueva capilla del caballero Don Francisco Cobos, se vio obligada a buscar alguna manera de mantener a sus hijos. Se acordó de unas viejas recetas que su abuela había dejado al morir, y que debían andar perdidas por algún rincón de la casa. Aquellas hojas contenían dibujos misteriosos y escritos sobre remedios naturales para todo tipo de males y enfermedades. Las encontró en el fondo de un baúl, se puso a estudiarlas con verdadera curiosidad y, pronto, comenzó a ofrecer sus servicios a todos los vecinos. Avanzados los días, ya media Úbeda había oído hablar de ella y de sus remedios, al mismo tiempo que crecían, a su pesar,  ciertos rumores que la tachaban de bruja y hechicera.
A la viuda, el parto de su tercer hijo le había dejado en herencia unos dolores a los que ella no había prestado demasiada  atención, pero que ahora iban cobrando cada vez más protagonismo, hasta el punto de tener que pasarse días completos  postrada en la cama; ni sus propios potingues, ni los doctores que la habían visitado podían con aquel mal que avanzaba sin freno.
Pasado el tiempo, con Catalina muy debilitada,  y siendo una noche de difuntos, sucedió lo que se narra a continuación:
            Avanzada la  madrugada, Catalina se despierta de pronto porque cree oír un susurro. Se incorpora en el lecho lo que puede y sintiendo un frío inusual, contempla como surge de la oscuridad más absoluta de su habitación la figura de un extraño personaje. Va vestido con una túnica larga y oscura, un rarísimo sombrero y agarra con fuerza en su mano derecha un precioso bastón de marfil. Ella , frotándose los ojos, lo mira de arriba a abajo y se da cuenta de que la figura parece flotar en el aire. Antes de que la enferma tuviera tiempo de reaccionar, el visitante comienza a hablar pausadamente:
            - Catalina, se acerca tu hora... pero si confías en mí , yo puedo hacer que vivas por el plazo de  tres años justos , ni un día más , ni un segundo menos. Vivirías sana, con bienes suficientes para no pasar hambre y en compañía de tus cinco hijos.   ...Eso sí,  a cambio debes entregarme el alma del más pequeño de ellos. Cuando acontezca su muerte , yo me encargaré de él.
 Ella, con el rostro desencajado y muy indignada le contesta:
            - ¡Te conozco y te maldigo una y mil veces!. Y te digo que me niego en rotundo a lo que me  pides. Deja a mis hijos en paz y vete de aquí por dónde has venido. Es más , te digo que si mi hora ha llegado, lo acepto. Incluso ahora mismo te juro que pediría al mismo Dios con todas mis fuerzas, morir en este instante en favor de que mis hijos vivieran muchos , muchísimos  años... ¡Aléjate de ellos!
El hombre de rostro pálido y visiblemente  enfurecido, gritó:
            - Yo mismo llevaré tu estúpida petición a ese que dices... Te prometo que tus hijos te sobrevivirán por años sin término. ¡Me encargaré personalmente!
 Y, dicho esto , su figura se convirtió en una mancha roja como el fuego, que quedó suspendida en centro de la habitación, desvaneciéndose lentamente, al mismo tiempo que Catalina moría sin remedio.

Tras la muerte de la madre, los cinco hermanos se vieron obligados a pedir ayuda y trabajo a sus convecinos, sin éxito alguno, pues nadie podía, ni quería,  hacerse cargo de aquella pandilla de chavales desarrapados.
Corrían los meses y la situación era insostenible; pasaban hambre, frío y la convivencia entre ellos se resentía.
Una buena noche comenzaron a discutir y a pelear porque uno de ellos había robado una codorniz en el mercado y ésta no daba para calmar el hambre de los cinco. El mayor , Alonso, intentaba poner orden, al mismo tiempo que buscaba en su cabeza, ya desesperado, alguna manera de salir de aquella situación. Pensó en buscar trabajo en alguno de los palacios de la ciudad en los que a menudo requerían mozos sirvientes, que dicho sea de paso , era un trabajo desagradecido, mal pagado y en el que te echaban por cualquier detalle que no agradara a los señores de la casa. A la mañana siguiente Alonso salió temprano, recorrió varias casas y , por fin, en una de ellas lo admitieron. Tras él , sus hermanos lo intentaron también . Poco a poco todos  fueron encontrando trabajo aquí y allá.  En menos de un año , los cinco  trabajaban , y curiosamente, todos en casas de mucho postín, al servicio de señores importantes de la ciudad.


            El hermano mayor, Alonso, trabajaba en un gran palacio como sirviente de un señor para el que hacía todo tipo de tareas domésticas. En el poco tiempo que le dejaban para descansar cada día,  le gustaba ir al mercado, y , de camino, tenía la costumbre de pasar por una iglesia que había muy cerca del palacio para rezar unos minutos acordándose de su madre.  El día que llevaba mucha prisa,  ni siquiera  entraba en el templo, pero, eso sí,  delante de la puerta alzaba la mirada y rezaba rápido al santo pequeño  de piedra que había sobre el arco. Él no sabía ni siquiera de qué santo se trataba, pero al mirarlo le llamaba la atención que llevaba una pequeñita iglesia en la mano y un niño a sus pies, que como él, parecía también rezarle.


            El segundo , Juan,  trabajaba también para un señor muy principal de Úbeda y, como sirviente, atendía a las muchas visitas de elegantes señores  que acudían al palacio por muy distintos motivos. Todos , decía él, con cara de serios. Continuamente repetía: "Aquí no viene más que gente con  problemas para protestarle a mi señor".
 Cuando Juan se dirigía al gran portón para abrir a estos personajes , tenía que cruzar un bello patio de arcos y, siempre que pasaba, le  gustaba recrearse en un medallón que había allí esculpido con el busto de una  dama bellísima, de cuyo cuello  colgaba una joya finamente tallada también en la misma piedra. Y mirándola embobado, se preguntaba como el escultor se atrevió a mostrar  uno de los  pechos de esta dama al aire, a la vista de todos, y más, en una casa tan y estricta y religiosa como esa.


            No muy lejos de allí, el derrumbe parcial de otra casa señorial, hizo que los dueños , de rancio abolengo, tuvieran que contratar urgentemente a un equipo de albañiles para repararla. Especialmente les urgía reparar la bonita  fachada, que había quedado bastante dañada en algunos de sus elegantes adornos. A Andrés,  que tenía algunos conocimientos de cantero aprendidos de observar a su propio padre, no le costó nada encontrar allí trabajo.
Cuando el maestro cantero observó la facilidad  y precisión con la que Andrés usaba el cincel,  se acercó y le dijo:
 - Deja el trabajo de los sillares para otros y termina de tallar aquellas puntas de diamante. Fíjate bien, porque hay que completar el friso que pasa por debajo del balcón, hasta el final.
Cuando terminaron las obras el palacio quedó como nuevo, siendo la admiración de todo el que pasaba delante de él, y Andrés, por su buen hacer, fue recompensado, quedándose allí a trabajar contratado por los señores como asistente de mantenimiento. Allí reparaba los desperfectos que el paso del tiempo iba dejando en aquella interminable mansión.


          Al quedar el puesto vacante por defunción, Francisco  fue contratado como jardinero. Los criados afirmaban que los señores apenas si aparecían por aquel impresionante palacio, o que estaban en El Escorial, e incluso, alguno aseguraba que el dueño había muerto.
  En los largos ratos que Francisco pasaba solo en aquel tranquilo jardín trasero, cortando cuatro hojas que crecían más de la cuenta,   pensaba:  
- Hay algo en esta casa que no me cuadra; no les he visto aún la cara  a los dueños,  todo está lleno de antipáticos guardias que no me dejan pasar nada más que al jardín y al patio y , desde ayer,  oigo como cantos de iglesia... monjas parecen.
Y pensaba siempre al final: 
- Al menos, pagan bien.


            A Tomás, el más pequeño , le daba miedo cuando tenía que entrar todas las noches a servir a los señores, porque sobre la puerta de la casa había dos animales de piedra, semejantes a perros o monos, que decía que le miraban.  Las sombras de estas dos figuras se movían nerviosas a la luz de las antorchas de llamas agitadas que flanqueaban la puerta, al tiempo que aquellos animales parecían cobrar vida.  Él deseaba que le abrieran pronto la puerta para perderlos de vista.
Su trabajo consistía en cuidar toda la noche de un anciano que era el padre del señor de la casa. En las múltiples conversaciones que mantenía con él , eso sí , cuando no se pasaba toda la noche quejándose, Tomás insistía en preguntarle, sin éxito,  porqué había en la fachada del palacio un gran escudo totalmente borrado y liso. El anciano siempre esquivaba la pregunta y decía que era un capítulo muy doloroso en la historia de la familia, y, enfadado, le pedía que no insistiera más.


            Pasados largos años de salud, felicidad y familia para todos y cada uno de los cinco hermanos , fue llegando también para ellos el momento fatal de la muerte  y , tal y como prometió aquel fantasmagórico visitante de Catalina, aún se quedarían  por mucho más tiempo entre nosotros. Pero esta vez, y como si de una inquietante maldición se tratara , atrapados sus rostros entre las miles de figuras talladas en la piedra, que adornan metros y metros de fachadas palaciegas de la vieja Úbeda.  Los rostros de estos cinco hermanos,  extraños y retorcidos , que parecen  haber sido tallados por el mismo diablo, rabioso de no haber podido conseguir ninguna de sus almas, siguen ahí delante de tus ojos, para que los encuentres...







           
Dime en qué edificios se encuentran los rostros petrificados de los cinco hermanos. Encuéntralos y dime el lugar exacto en el que se pueden ver las caras de Alonso, Juan, Andrés, Francisco y Tomás. En la historia de cada uno puedes encontrar algunas pistas de los distintos lugares. (Las cinco caras misteriosas se encuentran a la vista del paseante y siempre en el exterior de los edificios)  





ENIGMA 8: Los dos infantes.



Discuten dos infantes en la entrada sagrada:


- Soy amor, yo te repito.

-No eres tú, pues lo es mi Dios:
el de la Biblia, el que clama
amor y sin condición.

-No conozco a quién tú llamas
amor, ya sin más mención.
Que yo provoco en los hombres
angustias sin compasión.
Con flechas mato certero
a quién se cruza ante mí
y de Apolo conseguí,
embaucada su razón,
que a la pobre Dafne amase
sin posible remisión.

- Pero ¡para! y míranos:
quién nos puso en esta piedra
fue en honor del que es mi Dios,
que en amor vertió su todo
y a la muerte aniquiló.
Tú a tus flechas,
que yo a mis alas.
No me quieras convencer
de tus dioses la verdad,
que este templo es para gloria
de Cristo y la eternidad.



Junto a ellos, una Virgen
que mira un poco hacia atrás
porque otro alado le dice
que prepare algún pañal.

¿Dónde están estos infantes
que discurren sin cesar,
juntos sin mucho remedio
en el arco de un portal?

Es la clave de este enigma...
...la misma que encontrarás.

Encontrar a los dos infantes juntos (en la misma pieza arquitectónica) y decir quiénes son. Encontrar el edificio y la ubicación exacta de éstos.
Sus rostros te ayudarán a localizarlos:







                                
ENIGMA 9: Las esferas celestes.


Hay 3  esferas ahí arriba de diferente procedencia y de significado incierto. Ayúdame a descifrar qué son:
La es vegetal, está en mano de uno acompañado de iguales y junto a una muy bella mujer.
La despide un extraño juego de fuegos y el nombre de su sitio, de todos, el más castizo.
La , mil veces me pregunté qué es, porque su dueño intimida con otros objetos que agarra con fuerza.

Te ayudo con más de media esfera de cada:



Decir en qué lugares exactos de qué edificios se pueden divisar la 1ª, 2ª y 3ª esfera.



ENIGMA 10: El alguacil


- ¿Hay alguien? ...Alguacil, ¡¡deprisa!!
- Señora, ¿algún problema?
- Sí, es que he encontrado un objeto en un lugar .... no sé, no sé...
- Señora , ¿en dónde dice?
- Lo vi esta mañana, y no sé qué es. Seguro que alguien lo ha extraviado... Es por si preguntan por él.
- ¡ Pero  bueno! , vamos a ver. ¿ Se quiere usted explicar?, que me está poniendo nervioso.  ¿Qué es exactamente ?
- ¡Ay!,  y yo que sé .... pues un juguete  o un juego de campanillas para la cuna de un niño. .....o un instrumento musical. A mí no me pregunte que yo sólo lo he visto y vengo a decírselo a usted.  ... Y me voy ya , que llego tarde a los Dolores. Que ya habrán empezado y no me gusta perdérmelos. ¡Adiós!
- Pero , ¡oiga!... Habrase visto mujer más rara.

Se queda pensativo el alguacil, mientras clava sus ojos en aquel objeto , recorriéndolo detalle a detalle y dice:
- Pero, ¿qué demonios es esto?.....


Describir el lugar exacto en el que la señora con prisas encontró el extraño objeto.




ENIGMA 11: Los cuatro faunos

Agosto de 1573.
Los cuatro faunos, como acostumbraban, iban gastándose bromas, jugando y trotando por la laderas que circundaban a la ciudad de los cerros. Al atardecer, cansados, deciden acercarse a Úbeda para robar algo de comida. Mientras caminan, conversan del modo siguiente:

Uno de ellos:
- ¿Os habéis  fijado en la cantidad de obras que hay últimamente en Úbeda?
Le responde otro:
- Sí , me encanta subirme a los andamios y saltar entre ellos. ¿A vosotros  no?
Un tercero:
-Sí, a mí también . ¿Habéis visto el edificio nuevo?.  ¡Mirad!,  ya se ve desde aquí.
Otro pregunta intrigado:
- ¿Cuál?, ¿el de las grúas grandes?
Le responden:
- Sí , ¿por qué no vamos ahora? , ya se habrán ido los albañiles. Dentro de poco será de noche.
Al oír esto, uno de ellos se adelanta  y sale corriendo mientras grita:
- ¡Tonto el último!..
Corren  todos en estampida como alma que lleva el diablo y, una vez allí , saltan una gran tapia, apoyándose en los montones de piedras que andan apilados  junto a ella.
Curiosean un buen rato por todo el recinto entre vigas de madera montones de piedras , cimbras, arena y un sinfín de cachivaches, hasta que el relativo silencio es roto por un  sonoro ¡ay! de alguien que tropieza con una de las campanas que descansan  en el suelo.
Todos preguntan casi a coro:
- ¿Qué pasa?
Responde uno de ellos:
- Que me he dado ,... ¿qué es esto? ,  ¿una campana?,    ¿ y qué hace en el suelo?
Le responden:
-Tendrán que subirla ahí arriba con aquella grúa,  la de polea grande.
Otro de ellos se fija en unas piedras talladas acostadas desordenadamente en el suelo:
- Y, ¿estas piedras?. Se han equivocado,  están torcidas, je je...
Otro le increpa:
- Pero, ¡qué bruto eres!, son para los arcos.
De pronto se fijan en una parte del edificio que parece estar ya terminada, y  que se asemeja a una gran casa o habitación aislada y sobresaliente del  resto . Ya casi a oscuras por la proximidad de la noche, se acercan con curiosidad y pasan al interior. Allí  descubren una gran masa de andamios que se eleva ante ellos, impidiendo la visión de las paredes de aquella amplia estancia.
Todos , sin dudarlo, se encaraman rápidamente, agarrándose como pueden, hasta llegar a arriba del todo. Allí, en la última plataforma, compuesta por viejas y polvorientas tablas, descubren una serie de objetos que observan con atención. Hay candiles,  velas, pinturas, platos con mezclas de colores y pinceles.
Dice uno de ellos:
- ¡Mirad, cuántos colores!. Parece que están pintando algo.
Aunque apenas sin luz, otro descubre sobre su cabeza  un par de figuras que hay ya empezadas y exclama:
-  ¡Sí, es cierto , están pintando! .... Parece como alguien tocando un órgano de tubos.... y más allá  hay otra figura que está sólo esbozada. Es una mujer y unas letras.
Otro pregunta con avidez:
-  ¿Qué pone?
Le responde el primero con voz pausada:
-  No sé qué,... Á - gue - da y lleva una bandeja en las mano con dos.... Ahgg!, ¡qué asco!.
El andamio maltrecho y viejo no aguanta tanto tiempo el peso de los corpulentos visitantes y comienza a temblar , al tiempo que cruje de forma alarmante. Las finas tablas sobre las que trabaja el pintor desconocido ceden y se parten bajo las pezuñas de los faunos. Cuando se dan cuenta, ya es tarde y caen estrepitosamente al vacío.
Desesperados  intentan  agarrarse  unos a otros con fuerza, mientras caen cabeza abajo por interminables metros hacia el suelo.


Dejamos exactamente aquí la escena, para buscarlos. En alguna parte del edificio en el que curioseaban los  faunos quedaron perpetuadas sus figuras. Busca el edificio y el lugar exacto en el que están los 4 faunos cayendo boca abajo , con cara de pavor, aterrados por el fuerte golpe que les espera. 

Aunque están invertidos los colores, te dejo aquí el rostro de uno de ellos , por si te sirve  de ayuda:








Enigmas de la Úbeda Antigua  por Manuel García Villacañas.